El itinerario nace en las Cuevas de Artà para llegar hasta la Serra de
Tramuntana, en un recorrido de 90 kilómetros. Atraviesa la serra de Llevant, con sus elevaciones alrededor de los 500 metros y hace un tramo costero para luego adentrarnos por un valle hacia la
llanura de Ariany, Santa Margalida y Muro, rodeada de fértiles cultivos. En Muro, la ruta enlaza con el legendario Camino de na Pontons que, pasando por la llanura agrícola de Sa Pobla, nos lleva
hasta la Ermita de Sant Miquel de Campanet, teniendo al lado Ses Fonts Ufanes. En este punto, ya podemos considerar que estamos en el pie de la montaña, y a partir de aquí ya caminamos entre
olivos y cultivos más propios de tierras primeras y con laderas pronunciadas. Finalmente llegamos a la cueva de Sa Cometa des Morts, en Lluc. El recorrido coincide con el proyecto de Gran Ruta
(GR) 222 de Artà a Lluc.
Viniendo como venimos del Este, el camino invita a despertar las energías de lo que comienza, de la creatividad y la comunicación. Nos permite establecer un puente permanente entre el interior de
la tierra, simbolizado por la cueva, y la elevación del espíritu, caracterizado por la montaña. En cualquier caso, el recorrido se adentra entre caminos pocos concurridos, que nos pueden
sorprender a cada paso.
Hay lugares que merecen una parada para sentir la energía: un ejemplo son las Païsses d’Artà, la casa natal del sabio orientalista Joan Mascaró en Santa Margalida o la Ermita de Sant Vicenç que
representa una curiosa arquitectura de culto popular.
Aunque donde no podremos pasar de largo sin hacer una honda bocanada es en los bosques de encinar pasturado, es decir, sin sotobosque. Lugares naturales sumamente acogedores que invitan a la meditación.